En las casas más pequeñas existirían dos dormitorios, el
principal para el matrimonio y otro para los hijos de éste, los sirvientes
dormirían en la cocina. En las casas más grandes los dormitorios se
multiplicaban y los sirvientes pasaban a ocupar pequeños cuartos en las
buhardillas.
Hasta la mitad del siglo XIX no se comenzó a prestar a los
dormitorios, parte privada de la casa, la misma atención decorativa que a los
salones y zonas de recibir.
En un dormitorio victoriano encontraremos alfombras (más
humildes que las de los salones) muebles de caoba, en las casas más pudientes y
una cama con cuatro postes y cortinas. Como ya mencioné en esta época se
observaba como una virtud el hecho de que cada habitación estuviese reservada
para una única actividad, por eso, si bien encontramos muebles como burós para
la escritura, la actividad a la que se destinaba esta habitación hacia que todo
el protagonismo recayese sobre la cama.
Una de las preocupaciones que marcaron el periodo victoriano
fue el interés por la higiene, la ventilación y la lucha contra las plagas de
pequeños insectos que ponían en peligro el hogar y a sus habitantes. Hay que
tener en cuenta que los colchones estaban hechos de materia orgánica, lo que
llamaba insistentemente la atención de pulgas y chinches. Aún así las
recomendaciones higiénicas de la época ponen un poco los pelos de punta. Lo
normal era que no todas las sábanas se lavasen y cambiasen a la vez sino que una
semana se lavase por ejemplo la sábana bajera y así capa por capa. Solo al tener en cuenta que antes de este
periodo se consideraba que había que cambiar las sábanas únicamente dos veces
al año puede verse el adelanto en materia de higiene.
Un masters bedroom muy especial:
En la serie de documentales de la BBC The Victorians, que
recomiendo a todo el que le guste este periodo, dedican un buen espacio a
hablar de un dormitorio muy especial, la habitación de la reina Victoria y
Albert en Osborne House. Esta casa, situada en la isla de Wight supuso un
retiro paradisiaco para la pareja que aquí podía huir de la encorsetada vida y
las responsabilidades de la reina. Los que saben del tema dicen que aquí fueron
realmente felices y por las pequeñas pistas diseminadas por la habitación
parece que la afirmación es correcta:
1º) Doble cerrojo en las puertas, presumiblemente para no
ser molestados en su intimidad.
2º) Placa conmemorativa en los pies de la cama que muestra
las fechas de la primera y la última vez que el matrimonio durmió en ella.
3º) Perfiles de Victoria y Albert frente a frente camuflados
en estampado del chaise longue.
No sabia que hubiera un documental de este tipo en concreto.
ResponderEliminarEspero que esté en Youtube para poder verlo online, porque sí, adoro esa época.
Gracias por la información, porque también me gustó mucho el reinado de Victoria y su vida.
Un saludo :D
Hola Hasu Loto,
ResponderEliminares una serie de cuatro ducumentales comentados por Jeremmy Paxman en los que explican la época a través de la pintura. Son muy muy interesantes, te pongo enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=dMmhUKCpeYk
Ese es mi favorito, el que habla del hogar, a través de él es fácil llegar a los demás.
Un saludo.
Que lujo tu visita Magrat!
ResponderEliminarLos galanes debían oler fuertecito también... La nostalgia se alimenta de la distancia.
Estoy preparando una entrada sobre los niños, las tutoras y su lugar en la casa. Pásate a jugar!